Bueno, supongo que algunos recordaréis que tengo una Dakota
Para los que no, contaros que compré una Dakota por cuatro duros, y con años de trabajo por delante. Con tanto curro, es normal que me haya distraido con otros juguetes: más pinballs, sinfonolas, arcades... Pero tengo un mono electromecánico que ya no puedo más, así que ayer empecé a subirla de nuevo del trastero a casa para hacerle el caso que merece. La restauración/reconstrucción se debía centrar en 3 líneas generales:
1- Reconstrucción total del mueble (desde 0 el cuerpo y el 50% del cabezal)
2- Restauración del tablero
3- Limpieza y restauración mecánica
El mueble ya está reconstruido e imprimado al 90% y falta la pintura final. Lo dejaré para cuando venga el buen tiempo y me compre un kit compresor-pistola.
La limpieza está al 75%, pero vistas las técnicas "húmedas" que se han ido aplicando desde hace un tiempo por aquí, empezaré desde cero de nuevo.
El tablero es el que no había tocado hasta ahora. Y con él empiezo esta nueva etapa dakotera, que espero que finalice de un tirón echándonos unas buenas partidas (aunque no se cuanto tiempo llevará, no soy muy rápido
)
¿Y qué hay que restaurar de tablero, si a primera vista tiene buena pinta?
Ningún raspón, plásticos intactos, roña… la situación perfecta!
Eso pensaba, pero me llevé una sorpresita, que ya conté entonces en PH y Marcianitos. Maresa empezó haciendo tableros como Gottlieb, con la serigrafía y una ligera capa de barniz, y luego fue probando métodos para que fueran más duraderos. Empezó probando con el mylar, y acabó copiando el metacrilato con serigrafía trasera de otras marcas españolas como Inder o Recreativos Franco. Pues bien, con la Dakota hicieron una de esas pruebas, y una serie la lanzaron con una lámina de mylar que cubria todo el tablero. Esta serie se distingue a distancia, porque el color azul utilizado en la serigrafía es mucho más clarito que en las primeras Dakota o sus equivalentes americanas.
Cuando hablo de mylar no os penséis que se trata del finito mylar actual. En un “cacho” lámina, de un grosor considerable comparado con el otro.
Hasta aquí todo bien, el mylar asegura que el tablero está perfecto. Pero la realidad es otra. No se el motivo por el que le pasó a la mía (calor, frio, humedad), pero toda la lámina comenzó a retraerse, a encoger (y al contrario en la zona superior). Estó provocó deformaciones al llegar a los puntos más anclados al tablero (pirulos, bumpers…) que en algunos casos son imperceptibles, y en otros han destrozado completamente esta lámina plástica.
Aquí teneis la retahila de fotos de toda la variedad de deformaciones y daños que va a haber que solucionar:
Bumpers: en uno “sobra” mylar, y en otro lo contrario, ha encogido y partido.
Bancada de dianas: el mylar se ha contraido y partido, dejando un leve rastro de pegamento (miad las lineas del “arrastre”)
Pasillos laterales: la zona que peor está, mylar deformado, levantado, roto…
En los pasadores de estrella: por un lado la lámina se ha separado del pasador, dejando un hueco, por el otro se ha aproximado y ha deformado.
En algún pasador de pasillo, el mylar se ha deformado, levantándose en los bordes y partiendo:
Hasta aquí el diagnóstico. Y ahora la cura. ¿Qué hacer? “Quitar el mylar, quitar el mylar!!!” Toma claro, ya me gustaría. Pero lo intenté en una zona debajo del apron, y al quitar el pegamento la pintura se iba detrás. No tiene nada que ver con el pegamento que queda al quitar el mylar actual, éste es una masa gruesa y dura, que se partia de la risa cuando le eché aguarrás.
Así que “me tendré que quedar” con el mylar, arreglándolo todo lo que pueda. Hay zonas donde habrá que reponerlo, para evitar escalones. En las zonas en que está levantado y roto, habrá que sustituirlo, intentando que las juntas entre el antiguo y el actual se situen en separaciones entre colores, donde se vean menos. En los bumpers, lo mínimo, lo nivelaré y pondré los típicos protectores del color inferior para ocultar el desaguisado. Y en las zonas en que se ha abombado y no afecta al juego, probaré la técnica que me dijo Nino el de Vecoat: calor y peso encima para nivelarlo.
Os agradecería, oh, maestros restauradores, que diérais vuestra opinión sobre este monstruoso trabajo que me espera. Y también si se os ocurre donde podría comprar un mylar o similar de ese grosor por Madrid (en Valencia supongo que Tovsi, pero cuando voy por allí los findes está cerrado). Además, cuando encuentre el plástico en cuestión, habrá que añadirle un adhesivo para pegarlo al tablero.¿Cuál creéis que sería el ideal para que quedara completamente transparente al secar?